lunes, 16 de abril de 2012

Necesidad de cambiar la escuela tradicional-actual por otra más moderna y futurista


La escuela, realidad social inventada, se encuentra muy cuestionada en la actualidad por la forma en que entrega el servicio educativo. La escuela tradicional donde un profesor enseña a un alumno promedio (método frontal de enseñanza), enfrenta una cantidad de problemas y limita la posibilidad de ofrecer una educación de buena calidad que sea adecuada a las exigencias y nuevas demandas que se le hace. La escuela necesita cambiar para responder positivamente a las necesidades del nuevo escenario en que vivimos y al desarrollo de los estudiantes, estimulando en cada uno de ellos, la autonomía intelectual, social y moral que les permita responsabilizarse de su propio desarrollo a lo largo de toda su vida.

Los planteamientos anteriores requieren por tanto una transformación de la escuela actual, que es tradicional, dependiente, rígida y centrada en la enseñanza, transformándola en una organización de aprendizaje que mire y proyecte la educación hacia el futuro. En esta visión, la escuela moderna se plantea como una organización con un gran sentido de misión, más autónoma, flexible, focalizada más en el aprendizaje que en la enseñanza, donde los profesores proporcionan información y son estimuladores de los procesos de construcción de conocimiento de sus alumnos, verificando permanentemente la calidad de los procesos en los cuales los alumnos se involucran y comprometen durante un tiempo en la escuela; donde sus directivos tienen un estilo de gestión que favorece la participación de la comunidad educativa, desarrollan un trabajo en equipo con los distintos actores del proceso educativo y no escatiman esfuerzos para que la escuela disponga de una amplia y variada gama de recursos y medios para el aprendizaje. (Véase el cuadro que se presenta a continuación, en que se compara ambos tipos de escuelas).

Sin embargo, la verdadera educación se logrará en una escuela en la medida en que en ella se cultiven valores. La escuela que pretenda desentenderse de los valores se despersonaliza. Si se opone a la realización de éstos, no sólo renuncia a los valores sino que esta renunciando a lo que entendemos debe ser una escuela. A la escuela le corresponde una tarea formativa, desarrollada a través de los profesores, cuya labor no debe reducirse a proporcionar información axiológica o a contribuir a que el alumno autodescubra sus propios valores o sepa discernir los valores de los antivalores, sino que ha de proponer valores, motivar opciones y estimular compromisos con aquello que conduce a la plena realización. Es importante que la escuela moderna fortalezca comportamientos fundamentales, actitudes y valores deseables, para que los niños y jóvenes sepan interactuar en la sociedad actual y futura.

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